[productividad personal]
Hace años en España se inició una campaña para evitar el abandono de mascotas cuyo eslogan decía: “Él nunca lo haría. No lo abandones”. El impacto de esa frase sobre mí fue enorme (y eso que nunca he tenido mascotas). Por eso, casi cuarenta años después, lo primero que me vino a la cabeza cuando hice una reflexión sobre mi actual sistema de productividad personal fue: “Él nunca lo haría. No lo abandones”
Inicié esta reflexión al leer un post de David Carulla en El Canasto de Jeroen Sangers. Aquí tienes el enlace para que puedas leerlo completo. El secreto mejor guardado de la productividad personal.
Coincidente con David en que lo importante de un sistema de productividad personal es la sencillez, de ahí mi obsesión por las “soluciones sencillas” en mi proyecto DP SOLUCIONES, me paré a pensar cómo ha sido la evolución de mi sistema. Y coincido bastante con David. Hemos tenido caminos paralelos o muy parecidos.
El Paleolítico. Los inicios de mi sistema de productividad personal
Creo que soy de una generación (o incluso dos) mayor que David. Así que mis inicios en productividad personal se remontan a cuando la preocupación era la gestión del tiempo. Andaba con las enseñanzas de Covey y sus 7 Hábitos de la gente altamente efectiva. Todo lo que caía en mis manos estaba enfocado a la gestión del tiempo, de reuniones y marcación de objetivos (también es cierto que el mercado laboral era distinto y el trabajo autónomo y el emprendimiento eran minoritario. Nada de DIY).
La Edad del Hierro. El GTD
El siguiente paso en mi trayectoria fue el sistema GTD de David Allen. Seguro que más de uno lo conocéis e incluso lo estáis aplicando. Descubrí la importancia de utilizar la cabeza para crear estrategias y planificar y no cómo unidad de almacenamiento. Su planteamiento del flujo de trabajo fue bastante novedoso para mí. Iba más allá de lo urgente y lo importante. Ahora era yo el que decidía donde y cuando iba cada tarea. Además, esto me permitía disponer mejor de mi tiempo.
El Renacimiento. Mi propio sistema de productividad
En un paso más de mi evolución me independicé de David Allen y comencé a generar mi propio sistema. Entré en modo creador. Un sistema muy sencillo y resultado de una combinación de todo lo aprendido hasta el momento, pero adaptado a mis circunstancias y a mi entorno. Era la época del “Be water, my friend”. Ese sistema tenía tres patas.
- Un sistema de información
- Un sistema de ordenación de tareas
- Una herramienta de enfoque
Ya está. Ya tenía mi fórmula mágica.
La era espacial. App en tu bolsillo.
Llevamos dos décadas del S.XXI y parece imposible mantenerse al margen de las tecnologías. Así que, mi sistema tenía que incorporar las nuevas tecnologías. Instrumentos que me permitieran reaccionar rápidamente, desde cualquier lugar y en cualquier momento. Iniciamos la época dorada de las aplicaciones de productividad personal.
Y ahí es donde abandono a mi viejo sistema de productividad personal. Me descargo todas las aplicaciones del mercado relacionadas con GTD y gestión de proyectos (te estoy hablando de ThinkingRock, MS Project, Primavera, etc.) y comienzo a consumir aplicaciones y aplicaciones a todo trapo olvidándome del boli y el papel y de la versión reducida de mi sistema.
En ese momento, para mí, no era tan importante el marcar objetivos y llevar a cabo los proyectos como la búsqueda de nuevas aplicaciones que descargar en las que acumular tareas y tareas que, a veces, no me dejaba pasar a la acción. Además, la dispersión de programas y aplicaciones hacía que estuvieran repartidas por infinitas bandejas de entrada que no estaban sujetas a una revisión constante.
Ese momento de debilidad hace que mi rendimiento se resienta. Mi creatividad se ve reducida a su mínima expresión y entro en modo “bombero”. Vuelvo a urgencias, urgencias y urgencias.
Volver a los orígenes. El minimalismo productivo
En 2017 decido volver a las cosas sencillas y simplificadas. No porque no me haya sido útil el viaje hasta aquí, sino porque es mucho más rentable para mi productividad personal. En estos tiempos en los que el lema es: “abandona tu zona de confort”, he decidido volver a ella. Si es confortable ¿por qué abandonarla? Ahora tengo de nuevo mi sistema de productividad personal de mi parte. Y sólo utilizo cuatro herramientas. Más sencillo imposible:
- Un sistema de información donde guardo todo el material. Evernote
- Un sistema de ordenación de tareas. Nirvana HQ y Trello
- Una herramienta de enfoque. Marinara Pomodoro.
No soy afiliado de ninguno de estos programas o extensiones (es decir, que si accedes a ellos en su versión de pago yo no veo ni un euro)
Es en esa zona donde desarrollo mejor mi trabajo. Donde gestiono mejor los tiempos. Donde soy más creativo. Es cierto que, para evolucionar y caminar, hay que salir de la zona en la que te encuentras cómodo, pero en mi caso no necesito estar en continuo movimiento. Así que ahora he recuperado viejas costumbres y estoy volviendo a ellas haciendo que mi trabajo y mi vida personal encajen mejor que cuando estaba preocupado por objetivos a largo, medio y corto plazo, en probar la última aplicación o app, en buscar sistemas de productividad personal que nos venían desde el mundo anglosajón… En definitiva, que he vuelto con mi viejo sistema de productividad porque él ha permanecido en el mismo sitio sin abandonarme. Estaba esperando a que volviera. Mi sistema sabía que, si algo funciona, en ocasiones, es mejor no tocarlo.
Si tu sistema de productividad personal funciona, no lo abandones.
Uno de los hábitos más potentes que he recuperado ha sido la técnica Pomodoro. En su momento la probé durante un tiempo y al final la fui dejando de lado hasta olvidarme de ella. He estado años buscando herramientas para mantenerme enfocado y resulta que la tenía ahí mismo. Es una técnica sencilla y que da unos resultados muy rentables.
Si no lo has probado te invito a que lo hagas durante una semana y verás cómo llevas tu enfoque hasta límites insospechados. Y si ya sabes de lo que te estoy hablando trabaja los próximos 7 días con esta técnica y valora sus resultados.
Te dejo un vídeo explicativo.
Eso es lo que me ha pasado con mi sistema de productividad personal en los últimos años. Así que si tu sistema de productividad personal funciona, no lo abandones.
¿Te ha pasado algo parecido? ¿Has dado con la piedra filosofal de la productividad / efectividad personal? Puedes dejar tus comentarios y compartir en las redes sociales. Gracias.
#productividad personal #gestión del tiempo #efectividad personal